lunes, 4 de agosto de 2008

DEJARSE LLOVER

Quedó sola
y se dejó llover por la tristeza.
Él con su partida
había iluminado los cielos del olvido.
El desamor le trepó la mirada
mientras sus brazos, caían como lágrimas.
La sangre,
con urgencia de olas,
derramaba nostalgia en cada puerto.
La cama,
malherida,
presagiaba mañanas sin respuestas,
madrugadas sin latidos.
La noche la ultrajó con estrellas
y fue un estorbo
la luna en el espejo.
Y quiso morir.
Quiso morir para los hombres,
crucificar las caricias,
acribillar cada beso por nacer.
Enterrar su corazón.

Pero, tal como lo hizo tantas veces,
embaló los recuerdos,
puso el dolor en un portaretrato
y salió
a encontrarse
con un nuevo, eterno Amor

TODO ESTA POR SER

No es verdad, que la vida se asemeje
a un tren con partida y con llegada
y que una muerte final, totalitaria,
sea la única muerte que nos mata.
Y no es verdad que la muerte nos espera
en un rincón, salvaje, agazapada.
Y es mentira que la muerte es una sola
la que llega inexorable, solitaria.
Porque existe también la muerte diaria,
esa muerte interior, muerte elegida .
La muerte de no vivir a toda furia
lo que depara al despertar, la vida.
Morir es no creer en que se puede,
morir es no vivir la vida a pleno,
es no quemarse la piel con sensaciones,
es no arder en el fuego de lo nuevo.
Morir es no intentar, es detenerse,
es ser siempre una nube, nunca trueno.
es no saber de saborear un vino.
No descubrir de cada noche un cielo.
Morir es no indagar, es no jugarse,
es no caminar por las cornizas,
no preguntarse donde queda el horizonte,,
es no tener un sueño como guía.
Morir es no reír, no ilusionarse.
Es creer inalcanzable la utopía
es no comprometerse, no arriesgarse.
Es no marcar sendas nuevas en la vida.
Por eso, es mentira que todo esté marcado
y que es posible vivir sin osadías,
porque todo está por ser y si uno quiere,
nace o muere, cuando empieza cada día.

domingo, 22 de junio de 2008

VALPARAISO

No pudieron fundarte.
El hombre te inventó
a su marina imagen,

a su rebelde semejanza.
Ciudad de mar, puerto del sol, bahía de ponientes.
Donde se sube al cielo por escalas
y se baja al mar por las bohemias.
Tus cerros como brazos se sumerjen
a celebrar al pescador que vuelve.

Tus casas en insolente geometría
le enseñan a planear a las gaviotas
y de tu policromía
toman su color las primaveras.
Océano de ropa en los balcones
y de perros con libertad de volantines.
Un pentagrama de cables te amarra a cada esquina
y cofres de cristal son tus zaguanes.

Tus ascensores te sobrevuelan como un rito
desnudando tu pobreza corta,
tus nostalgias largas.

Misterioso coral que con el alba
se roba las estrellas y en la noche las siembra,soberbia,
en sus faldeos.

Ciudad viril, rostro curtido por viento y por marea,
pasión de temporal,
malecón de las tristezas.

Valparaíso,
me llevo tu magia de horizontes,
te quedarás con mi amor de forastero.

miércoles, 18 de junio de 2008